Roberto Escalante.
Secretario General de la UDUAL.
¿Qué nuevo papel debe cumplir el sistema educativo frente a la sociedad? ¿Cómo debemos inscribir el vínculo con la empresa? La pregunta remite inmediatamente a un nuevo pacto de vinculación que oriente, en un marco de mutua conveniencia, el conocimiento aplicado a los negocios. Y es que legítimamente las universidades tienen un significativo aporte en la construcción del tejido empresarial, en tanto son formadoras de capacidades técnicas y gerenciales para actualizar las prácticas y aprendizajes en conocimientos realistas sobre el mercado. No es nuevo este círculo virtuoso, lo realmente significativo es que ahora se integre a una política de intercambio de beneficios que, en última instancia, promueva la innovación, el empleo y mejores vínculos entre la comunidad de pensamiento y los agentes económicos. Generar una orientación significativa que se traduzca en resultados, tanto para la gestión universitaria como para el desempeño económico de las empresas, no es una tarea fácil ya que requiere por lo menos tres cambios de actitud entre los actores. Primero, reconocer en las capacidades institucionales y organizacionales un atributo de cada actor, irremplazable y mutuamente beneficioso; segundo, un flujo de conocimientos y renta que implique un criterio de inversión en capacidades de gestión y recursos de innovación para impulsar la competitividad; tercero, un nuevo vínculo de confianza, fundado en la bona fide que permita acuerdos de largo plazo y empleo de recursos para objetivos estratégicos. En este horizonte, la congruencia de propósitos y acciones resulta fundamental.
Un tercer actor, que puede ser una bisagra de la relación, es un Estado que reconozca las capacidades de entendimiento entre aquellos actores y ponga recursos para activar el vínculo, ya sea financiando investigaciones específicas, allanando la complejidad institucional de otorgar derechos de propiedad intelectual, gestionar y proteger patentes en un mercado global, revertir los beneficios fiscales del crecimiento en inversión educativa o bien promover políticas de innovación tecnológica centradas en el vínculo entre la universidad, el estado y la empresa. Los empeños de la Red Universidad-Empresa ALCUE son un buen ejemplo de lo que se puede alcanzar en un marco de confianza cooperativa, para hacer de las experiencias una orientación institucional exitosa. Los testimonios compilados en estos volúmenes dan cuenta de 5 los procesos de aprendizaje entre IES y empresas, que van desde la conformación de espacios institucionales de vinculación a modalidades contractuales de colaboración. Un primer paso, desde luego, fue la creación de oficinas universitarias especializadas en construir vínculos confiables que permitan compartir un espectro de bienes y servicios universitarios, garantizando los mecanismos de compensación empresarial. Buenas y malas experiencias han abonado al cultivo de una relación otrora cargada de prejuicios y desconfianzas: hoy contamos con experiencias de articulación exitosa en Colombia, México, Perú, El Salvador, Uruguay, donde las oficinas de vinculación universitaria han sido gestores de capacidades organizacionales, tecnológicas y de mercado. Más específicamente, las oficinas de transferencia de tecnología, han desplegado un esquema de vinculación: en algunos casos, como el sistema mexicano FINNOVA, que promueve desde oficinas de transferencia tecnológica, atraer a las universidades públicas a licenciar sus tecnologías, redes para fortalecer capacidades e infraestructura, así como la capacitación de jóvenes en gestión tecnológica de sectores específicos; a su vez, la experiencia argentina con la creación de mecanismos de interacción con el entorno socio-productivo y como motor de fortalecimiento del Sistema Nacional de Innovación. Estos son solo dos ejemplos de iniciativas universitarias que articulan a los tres actores con patrones específicos de éxito, pero así también lo podemos ver con ambientes virtuales tridimensionales; mejores prácticas organizacionales, aplicación de conocimientos de las biociencias a la conservación y sustentabilidad medioambiental. La importancia de las redes digitales ha puesto de relieve la estrategia cooperativa en línea, tanto para la vigilancia tecnológica como para compartir procesos de aprendizaje fuera del aula: los cursos abiertos en línea, MOOC (Massive Open Online Course, por sus siglas en inglés), extienden el radio de vinculación y masifican el impacto de los aprendizajes en tiempo real, con un flujo continuo de información y conocimientos aplicados. Si estos ejemplos nos permiten advertir el enorme potencial que representa este vínculo para transformar los roles de los actores, la convergencia de propósitos y la eficiencia de economías de escala en el campo del conocimiento aplicado, bien podemos concluir que consolidar lazos virtuosos constituye un desafío sustancial de las universidades al futuro. La colección que ahora editamos, entre la Red Universidad-Empresa y la UDUAL, quiere poner al alcance del público un inventario de experiencias, un catálogo de iniciativas y un tópico esencial para el futuro de las instituciones de educación superior. Si lo asumimos con creatividad, 6 responsabilidad ética y horizonte de largo plazo, será una poderosa herramienta del crecimiento y un mecanismo de redistribución de sus beneficios que tanto demandan las sociedades latinoamericanas marcadas por una enorme desigualdad. Ese es nuestro compromiso, desde la educación superior, que esperamos compartir con el lector interesado en el tema.